lunes, 27 de marzo de 2023

El cine y su contexto - "Llévate las tórtolas", Mr Duncan. (Home Alone 2)

 La frase se genera en la ciudad de Nueva York, específicamente en la juguetería Duncan. Y el dueño de esas palabras es el mismísimo Señor Duncan. Un viejo filántropo y bonachón que no sólo deja que los niños hagan de su juguetería un parque de diversiones, sino que dona la recaudación de Navidad para un Hospital de Niños. La verdá, un premio Nobel el veterano. El Kevin andaba dando vueltas por La Gran Manzana con la plata y las tarjetas del padre y cuando se entera de la acción benéfica de la Juguetería, quiere aportar a la causa y le da 20 dólares a Duncan. Dice que los ganó limpiando nieve pero nunca sabremos si fue otra de sus mentiras para no desnudar su situación o realmente tenía tan bien administrada su plata y la de su padre.


Conmovido por la actitud, el Señor Duncan le dice a Kevin que puede llevarse cualquier adorno del árbol de Navidad de la tienda. Pero le sugiere cuál: "llévate las tórtolas", le dice. 


- ¿¡Queeeé...las dos?!, preguntó Kevin, en una actitud que demostró un poco de sobreactuación. Sí, Kevin, tampoco te pases de buenito que ya estás craneando el Plan "Ho, Ho, Ho" para arruinar la carrera delictiva a Los Bandidos Pegajosos (antes Bandidos Mojados) y dejar a dos familias en la calle.


Las tórtolas son una especie de palomas blancas que colgaban juntas en el árbol. En ese momento el veterano le explica el significado de las tórtolas, que también venían con Manual de Uso. "Quédate una y dale la otra a una persona especial". Como que la idea es mantener por siempre el afecto entre dos personas. Se pasa de tierno el Duncan. Lo único que se le podría cuestionar es el tamaño del ego, directamente proporcional al tamaño del cuadro de él mismo que colgó en plena juguetería. 


¿Y con quién usó las tórtolas, Kevin? Con La Señora de Las Palomas, demostrando una coherencia narrativa envidiable para las metáforas. La señora en cuestión es una indigente notoriamente depresiva que pulula por el Central Park llenita de pelos de paloma porque su única actividad diaria es esa: darle de comer a las palomas. Y parece que no le estresaba mucho que le revolotearan arriba. Tomando en cuenta que son bichos con alta transmisión de enfermedades infecciosas, el oficio de la señora se parecía más a un coqueteo depresivo con la muerte que a una acción altruista para con las aves neoyorquinas. 


Como Kevin andaba muy en la vuelta se hicieron amigos y en la escena final de la película, el infante le regala una de las tórtolas. La señora, cuyo nombre se ignora, se muere de la ternura, especialmente porque no estaba practicando con frecuencia el "ida y vuelta" de afecto con ningún ser humano. 


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