El
accidente de Luis Cavani en plena Copa América da para pensar mucho más
allá de los aportes que puede dar (y dio) a la Selección su hijo, el
futbolista más criticado del equipo. Es otro ejemplo del alter ego
virtual que fabrica la vida online que nos toca, expresada en las redes
sociales.
Todo comenzó cuando supimos que fue el padre de Cavani y no un "x" quien manejó alcoholizado y chocó con un
motociclista que murió. La figura de Cavani convirtió al hecho en una
cuestión noticiosa y sensible. Fue así que varios medios, periodistas y
ciudadanos de a pie, a partir de ese hecho trágico, señalaron el natural
desánimo que podría tener Edinson, aventurando implícitamente el efecto
sobre el resultado del partido contra Chile. Esas publicaciones y
mensajes generaron una ola de ataques de alter egos virtuales. ¿Por qué?
Por no concentrarse en el dolor de la familia de un muerto. ¿Qué
mensaje disparan los alter egos virtuales? Es un pecado inconcebible
priorizar la causa celeste en la Copa América frente la muerte de un
botija de 19 años. Hipocresía, falsa moral y cinismo, esta vez escudados
en una tragedia. Y todo a un nivel inconsciente. Porque nadie está a
salvo de esta realidad que nos toca, que nos hace construir en varias
oportunidades nuestra personalidad a través de un mundo virtual
expuesto; un lugar público donde por ejemplo en este caso Cavani, el
alter ego virtual impuso la premisa de lo socialmente aceptado. ¿Qué
indica el deber ser? Indignarnos ante muertes injustas por encima de
cualquier otra cosa. Así sobreactuamos el carisma y la sensibilidad por
ejemplo. Otros, con otras noticias, jugarán a ser fachos, protegidos por
la impunidad del anonimato que da Internet. Creo que, según la
personalidad y valores de cada uno, estamos en ese camino resbaladizo
todo el tiempo, y el resbalón más peligroso es terminar creyéndonos el
personaje que construimos para el Otro.
Para describir de otra
manera esta situación pongo otro ejemplo real: cuando Topolansky dijo
que los candidatos de la Concertación eran "unos payasos", la empresa
Idatha, que monitorea contenidos en redes sociales, encontró varios
mensajes defendiendo el oficio de los payasos como "digno". Me pregunto:
¿en qué otro contexto que no afecte nuestra imagen frente a un Otro
significativo podemos tener una preocupación por defender a los payasos?
Y también me pregunto: ¿Por qué no indignan todos los días las muertes
por accidentes de tránsito y otras causas injustas o delictivas? ¿Debo
suspender mi preocupación por el futuro de Uruguay en la Copa América
sólo hoy, o ante cada tragedia injusta que puede tocarnos en Uruguay?
Ironía del destino que justo Cavani, blanco de las críticas más
despiadadas (e injustas) por su aporte futbolístico, sea ahora una causa
de preocupación porque su motivación pueda afectar su rendimiento, y
por ende, el resultado del partido. Te toque o no ser moralista por el
alter ego virtual en esta causa, vas a seguir festejando y creyendo en
una colectivo como la Selección, que une más que nada ni nadie en este
país, y donde Cavani tiene una incidencia grande. Un proyecto colectivo
que nos da orgullo, y lo inédito es que ese orgullo sobrevive a
resultados deportivos negativos. Privilegio que sabemos no será eterno.
Cuentos cortos, cartas anónimas, manuales, listados, frases célebres, tests, editoriales durísimas, y cientos de palabras.
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