domingo, 22 de mayo de 2016

Ayer a Peñarol no le cobraron dos penales claros y hoy la AUF amaneció así


La indignación masiva de los últimos meses despertó a los violentos que hay "defendiendo" a cualquier equipo, y que solo necesitan "justificación" (y si tienen un patrocinador como Damiani, mucho mejor).

La violencia se nutre de eso: conclusiones tomadas "en caliente", porque la base de su accionar es no dar lugar al pensamiento, principal enemigo de la violencia.

Es natural y hasta inconsciente indignarse y calentarse por fallos injustos que perjudican a tu equipo. Lo que hoy cambia la ecuación es el lugar para expresar la "calentura", por el nuevo nexo que existe entre la violencia simbólica y la violencia práctica. Hoy la justificación de la violencia se nos escapa de las manos: Si antes eran 40 los que estaban dispuestos a matar y cientos de miles los que reproducían mensajes funcionales a eso durante un partido en el estadio, hoy, con Twitter, WhatsApp y Facebook, el nexo entre violencia simbólica y práctica es permanente, inmediato y omnipotente, y quizás los mismos 40 que se animan a matar, tienen una justificación mayor, por un mensaje justificador mucho más potente.

Además, la minoría violenta cuenta, del lado de Peñarol, con el patrocinio de Juan Pedro Damiani.

El fútbol uruguayo está enfermo y se impone, además de denunciar a dirigentes como Damiani, la necesidad de luchar contra la propia naturaleza de las redes. Internet, las redes y los teléfonos son un cóctel enemigo de la reflexión. La tecno-lógica de las redes, es lo rápido, la velocidad, el chispazo, lo contundente; de ahí que sean un medio ideal para hacernos los graciosos (es difícil reírse de un chiste de Landriscina por WhatsApp). Pero esa lógica es lo opuesto al pensamiento, a la conciencia, a las conclusiones integrales y genera fundamentalismos, aliados vitales de la violencia.

No creo que el sentir colectivo sea que a Peñarol le están robando los jueces el campeonato. Sin embargo, ese es el mensaje dominante hoy.

Damiani es un abanderado de esa lógica. La logica de no aceptar la derrota y pero aún, tampoco tratar de entender sus razones. Damiani utiliza la violencia. Es funcional a ella. Bajo su mandato, el saldo de los logros deportivos es claramente negativo. Pero su afán por perpetrarse en el poder en el club de sus amores, lo lleva a encontrar en los fallos arbitrales, una excusa menos dañina para su imagen que aceptar su mala gestión. Damiani y los violentos juegan juntos.

La pasión no cambió. Hay nuevas herramientas para expresarla, y exigen más conciencia para poder dimensionar algo los posibles efectos de nuestras expresiones. Nadie es menos hincha ni pierde la pasión por priorizar el pensamiento a la externa y la calentura a la interna.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Códigos penales

La presión y la marca son determinantes en cualquier partido de fútbol. De eso depende recuperar la única pelota con la que se juega. Hacerlo sin cometer una falta forma parte de la pericia en la marca. Y más precisión y destreza se precisa adentro del área, donde la falta le da un penal a tu rival, y un riesgo grande de recibir un gol. Además, hay jugadores que, por su talento o peligrosidad, generan en quienes los marcan una presión adicional que se traduce en faltas torpes o inentendibles adentro del área.

Así y todo, torpeza, nervios o impericia mediante, es en el equipo que recibe la falta que recae la responsabilidad de materializar el penal en una ventaja en el marcador. Un tiro a 11 metros del arco con un golero que tiene más para ganar que para perder; el gol es lo esperable.

De bancarse esa presión de ir "de banca" a patear penales se explican varios de los últimos logros deportivos de la actual selección Uruguaya, otros de selecciones menos recordadas, y tantos otros de clubes uruguayos en triunfos internacionales. 

Que se genere una rosca humorística en redes por los penales a favor de Nacional puede ser entendible y hasta natural. Pero que de eso se nutran y "contagien" medios que cubren fútbol y propios protagonistas como el Polilla Da Silva, habla de falta de respuestas para explicar el juego. Ayer martes el diario La República hizo un informe detallando los puntos que no tendría Nacional si no le hubieran cobrado los penales (y convertido esos goles). Una estadística en base a "lo que hubiera pasado si". Como si estar dentro del área y recibir una falta significara más un regalo y no un derecho ganado para tener una chance clara de gol. Hablamos además de cuestionar el valor de una regla del juego. Lo de La República es una intención de generar repercusión, audiencia, venta de diarios, disfrazada de contenido periodístico a partir de un tema/chiste que está instalado en la opinión pública.

Hoy miércoles Jorge Da Silva dijo: "En 12 fechas recibimos 11 goles y 6 fueron de penal"...Jorge, aún con medio campeonato uruguayo en el bolsillo, trabajar para entender por qué cometen penales tus jugadores seguro permitirá levantar la copa con mayor honestidad y libertad; imponer solapadamente la posibilidad de que los penales en tu contra sean injustos, solo por el hecho de la polémica natural que implica cobrar un foul adentro del área, es, al menos, cobarde.

Cobrar un penal depende de la capacidad del juez, pero hacerlos, convertirlos y errarlos es trabajo de los jugadores. Esquivar a esa responsabilidad suena a no querer entender por qué me hacen goles.


El cine y su contexto - "Me tiré un caca-pedo, nos tenemos que ir", Sandy Lyle (Mi novia Polly)

Sandy Lyle es uno de los personajes más queribles del finado Philip Seymour Hoffman. En Mi novia Polly, Sandy es un actor frustrado aunque p...