jueves, 13 de noviembre de 2014

Pilsen Rock 2004, una década después

Hace 10 años de este click ⇩⇩



Aquel 13 de noviembre hacía 2 semanas Tabaré Vázquez ganaba la elección en 1ra vuelta. Desde aquel lejano 2004 el Taba fue presidente, se retiró de la política, se volvió a subir, y hoy está tomándose las medidas para ponerse la banda de nuevo. Flor de zorro. Sigo mirando 10 años para atrás: Martin Soto Chimatti volvió del exilio que lo privó de estar en la foto, Joaquin Bernini sigue usando esa remera de Buitres, Nicolás Gottlieb Fernández nunca más cargó bolsos con dos manos y a Diego Mayobre le quedan muchos sueños por dormir. ¿Qué más, qué mas...? Darío Silva perdió media pierna por una imprudencia, Mc Donald´s dejó de dar el vaso de Coca gratis por la espera, Peñarol siguió teniendo 5 y nosotros 3, Uruguay es un poco menos homófobo, el olor a nafta sigue estando buenísimo, Hugo De León fue candidato a vicepresidente de la República, Paco Casal se desabrochó 2 botones más de la camisa, en Uruguay ya no tienen por qué morirse mujeres pobres con embarazos no deseados por ser pobres, el Perifar conquistó los botiquines, Blanca Rodríguez dejó de cumplir años, Arana firmó cosas, Harry Potter empezó su vida sexual, la Selección estuvo 2da en el Ranking FIFA, Bonomi no renunció, desapareció el MSN, Lorenzo sí renunció, Palito Pereira se murió dos veces, Uruguay es más inclusivo, nació el reggeaton, en Young el "exceso de solidaridad" mató a 8 personas, se prendieron fuego 13 barcos koreanos en el Puerto de Montevideo, el tabaco dejó de ser una droga simpática, Malvín se convirtió en un club modelo y ganador, se popularizó el alcohol en gel, ahorcaron a Sadam Hussein, muchos liceales uruguayos siguen sin saber escribir, el Padre Grassi no se murió ninguna vez, nació Facebook, pasó un ciclón por Uruguay y mató a 10 personas, Tinelli hizo una cancha de hielo y puso enanos a jugar al fútbol en televisión, Washington Abdala dejó el Parlamento y hace Stand UP, Uruguay es menos hipócrita para enfrentar las drogas que existen, y todos los etcéteras que quieran. Los invito a seguir compartiendo clicks.

lunes, 27 de octubre de 2014

El triunfo del FA y la encuestitis

Poco cambió el comportamiento electoral en 5 años. Sí puede decirse que la mayoría del país avala los 10 años de gobierno de izquierda, y que Uruguay sigue partido al medio y con un giro leve hacia la izquierda. Lo que ha cambiado, y lamentablemente para peor, es que las ciencias sociales (funcionales y necesarias en cualquier colectivo) están cada vez más contaminadas y esclavas de la lucha comercial creada por los medios; guerra obviamente amparada por el mundo de la primicia, de la desinformación al instante. ¿El resultado? Errores graves respecto a las cifras finales, que no son nuevos pero cada vez más generalizados.

La competencia entre las encuestadoras-medios promueve la cultura de la inmediatez, del "antes siempre mejor", y una sobre valoración de la predicción, sobretodo por encima del análisis. Las predicciones son un veneno muy rico. Son adictivas para nosotros (la masa) y eso los canales y las encuestadoras lo saben. La competencia despiadada entre canales-encuestadoras hacen que, por un lado traten de diferenciarse en sus números, y por otro hacer de la predicción el valor máximo para hablar de una elección. Pierde la reflexión, y se despierta desconfianza en la ciencia política. Así pierde la democracia. En un mundo donde la tecnología ya nos acostumbró a no esperar para recibir información, que eso afecte a la propia academia no suena ilógico pero duele.


lunes, 14 de julio de 2014

Alemania campeón, tranquilos nosotros

El fútbol, que podrá tener un poder único para unificar a un pueblo, sigue siendo un juego. No obstante, el Mundial nos demostró que tiene connotaciones políticas, sociales, raciales, o patrióticas, y todo, como siempre en la era digital, potenciado con la amplificación nuclear de la tecnología y las redes.

Desde la semifinal, se instauró un debate sobre por quién hinchar y por qué razones. Identificación social o cultural, latinoamericanismo, simpatía u odio Kirchnerista y otras razones más primitivas que implícita o explícitamente incluían hasta el nazismo. Así de cuadrado puede llegar a ser un argumento, que muchas veces, es cierto, se esconde atrás del humor, pero que tiene el mismo poder venenoso para irradiar odio y resentimiento. "Qué cara de Nazi tiene ese". Bueno, tendrá cara de alemán. Y a lo que los alemanes siguen naciendo con los mismos rasgos físicos, nos podemos asegurar ese comentario supuestamente inofensivo por toda la eternidad. Qué se yo, a mi esos comentarios, por más "chiste" que sean, me siguen pareciendo tan cuadrados y primitivos como promotores de odio, generalmente de forma inconsciente. ¿No le dolerá a un alemán que lo etiqueten permanentemente con una atrocidad? ¿No les dolerá lo suficiente nacer con la culpa de un genocidio como para que se los identifique eternamente con eso? Y todo esto viendo un partido de fútbol.

Pero sigue siendo fútbol. Pura competencia. Veo la tablita de Mundiales y Argentina tiene 2 igual que yo, así que compito con eso. Que cuando vaya a Buenos Aires me sienta como en la esquina de mi casa a mí no me alcanza para querer que ganen. Por la misma razón que al vivir en Malvín (y ser hincha de Trouville) me resulta una carga que Malvín o Unión Atlética salgan campeones y enterarme de sus festejos. Puedo aceptar que ganen pero no tengo por qué masticar su disfrute; sirve aceptar una derrota o que alguien es mejor para aprender, pero lo otro es masoquismo. Sí, para mí fue un alivio que no salieran campeones porque me gusta competir con ellos (aunque nos ignoren). Sin embargo, verlos jugar este Mundial con el compromiso colectivo como su mejor arma, me dio alegría, me hizo pensar que nosotros también podemos estar ahí; de hecho hace 4 años estuvimos a un partido. No hay que ser muy estudioso para notar que lo que Sabella le dio a Argentina es la marca registrada del proceso Tabárez, lo mismo que le faltó a ellos en todas las selecciones de estrellas que tuvieron siempre: adhesión a una causa común basada en un compromiso colectivo que hace a Mascherano más héroe que Messi, que compitan con humildad, y declaren con honestidad que se mueren por dar una alegría a su pueblo con el fútbol.

Pese a lo parejo del partido (incluso Argentina tuvo chances más claras) el merecimiento de Alemania ganó por afano. Es el mejor equipo: a los recursos y capacidad que tienen le suman una superación de manual. Son un ejemplo de superación. Mientras un argentino o un uruguayo llega a semifinales pensando "andá a saber cuándo volveremos a jugar esta instancia", los alemanes hace 12 años (4 mundiales) que no bajan del tercer puesto. Llegan, pierden, se superan, mejoran y siempre creen que pueden más. Pese a nuestras limitaciones, en los últimos 8 años Uruguay hizo 2 muy buenos mundiales. Si seguimos así vamos a volver, y mejores, para seguir creyendo que se puede estar en la elite mundial. ¡Vamos que vamos!


miércoles, 9 de julio de 2014

Chau, Maracanazo - Brasil 1 - 7 Alemania

Cuántas cosas puede dejar una paliza histórica como la de ayer. La más notoria quizás es cómo puede afectar a un jugador de fútbol la presión, y qué dañina es cuando esa presión carga la ilusión de mucha gente, o incluso de un Gobierno. Bastaba ver declarar a Julio César ayer para desterrar por siempre el mito de que la vida de los futbolistas es una papa, con billetes, casas, viajes y autos; el tipo lloraba por irse a la casa a abrazar a su familia. La mochila que tenía Brasil en su Mundial le hizo perder uno de sus rasgos más distintivos e identitarios: Brasil nunca disfrutó su fiesta, padeció el Mundial, apenas si tuvo alegrías efímeras pero que nunca le sacaron esa mochila para dejarlo hacer lo que tanto le gusta.

Si a todo eso le sumás jugar frente a Alemania sin tu estrella y sin tu capitán, que es uno de los mejores defensores del mundo, el resultado de ayer no resulta predecible pero sí entendible.
Alemania es un equipazo, sí, que a la disciplina y el orden de siempre le viene sumando un juego colectivo con pelota muy vistoso. Sin embargo, la semifinal de ayer dejó de ser un partido de fútbol después del primer gol alemán. Desde el gol de Muller se pareció más a un abuso (que haría cualquier equipo profesional si pudiera) de unos mayores jugando al fútbol contra niños. Alemania con su mejor poderío físico y futbolístico, frente a Brasil con un estado mental destruido. Eso hizo que los restantes fueran goles de un partido de fútbol 5. 

Ayer, por fin se les terminó la tortura a esos jugadores. ¿Pero a qué precio? El de cargarse otro Maracanazo. El Maracanazo es una marca del fútbol, siempre está ahí. Se usa en todo el mundo del fútbol para nombrar cualquier derrota rutilante de un local. Cuanto más sorpresiva, más "Maracanazo". Otro Mundial en Brasil, con el local eliminado de esta manera en semis, es la secuela de 1950. De aquel en Maracaná, Brasil sacó mucho provecho. El fútbol brasilero le tiene que agradecer casi todo a los 11 brasileros, especialmente al golero Barboza, que se cargó la cruz del Maracanazo. Porque Brasil en ese momento era uno más en el fútbol, pero aprendió de esa derrota, se superó, y se convirtió en el máximo ganador de la historia con 5 Mundiales. Un ejemplo de cómo aprender de la peor derrota. Diferente fue lo de Uruguay, que vivió pegado a esa historia con la falsa ilusión de que con sólo invocarla, la traería de nuevo. Cuánto más fácil es recordar un título, que trabajar para volver a posicionarse a nivel mundial. Por suerte, no siempre nuestras selecciones se contaminaron de esa identidad de la que nos cuesta tanto desprendernos. La forma de festejar el 4to puesto en Sudáfrica fue un buen ejemplo que Tabárez cambió por un rato esa cabeza.A ver si este nuevo Maracanazo nos sirve para soltar esa leyenda de una buena vez.

Y no era necesario, pero a ver si sirve también para no envenenarse con odio tan fácilmente de las teorías conspirativas; porque quedó claro que la necedad de pensar que FIFA arregló el Mundial para Brasil (o para cualquier otro) es veneno, rico, placentero, pero veneno muy mentiroso que nubla la vista para analizar algo con sentido común. Y a ver cómo reacciona Brasil ante un nuevo Maracanazo. Si le aseguran que de aquí a 50 años, ganará 5 mundiales más, ¿quién no firmaría?


jueves, 22 de mayo de 2014

La mediatización de los meniscos de Suárez

Está pasando con la operación de Suárez pero pasa cada semana. Se me ocurre que las tecnologías de la información generan información que desinforma. A través de medios y periodistas sin más criterio que la inmediatez o el dato rimbombante, exclusivo, y también a través de muchísima gente que recibe y reproduce la metodología de esos medios. Se generan especulaciones erróneas y algo más peligroso: expectativas muy grandes que resulten en grandes desilusiones. Nos volvemos viciosos de la información sin preguntarnos cómo, por qué y de dónde viene. Nadie dice no "preocuparse" porque Suárez nos defienda en el Mundial. Tampoco negarnos el disfrute de que sea uruguayo. Pero me pregunto: ¿está bien que desde la mañana convivamos en Facebook, Twitter y Whatsapp con mensajes alarmistas, desacertados, adivinanzas y etcéteras respecto a lo que podría pasar con Suárez de acá a 3 semanas? ¿Está bien que El Observador publique una foto desde la Emergencia de Médica Uruguaya para avisar que está esperando la salida de Suárez? ¿Está bien que Buysan publique una charla por sms con Suárez, aprovechándose de su amabilidad? Su respuesta pública sólo sirvió para que el periodista mostrara que habla con Suárez: vomitivo. Te quiero, Luis. Sos un niño jugando a la pelota y por eso vas a estar en Brasil, como cuando no nos dejaban salir a jugar porque llovía, y salíamos igual.

viernes, 28 de marzo de 2014

El País y el sedentarismo reflexivo



Los males ejemplos sirven: lo que hace El País Digital con esta encuesta en su portada es una falta de compromiso y un error: reproduce la idea de que el complejo problema de la violencia en el fútbol, se resuelve (o no) con una medida ejecutiva de un presidente. Los medios tienen el poder para llamar a la reflexión no al sedentarismo mental.

jueves, 27 de marzo de 2014

Consumo responsable de la pelota



Son las estrellas. Todos hablamos de ellos. Todos les tenemos miedo a su violencia. A ellos les dedican sus goles varios jugadores. Si se le proponen, pueden desviar la atención del juego por el que todos pagamos por ver, salvo ellos. Inconscientemente, millones reproducen sus mensajes asesinos y denigrantes. Parecen omnipotentes: logran imponer el mensaje de que el motor de la pasión por un equipo debe basarse en la violencia: en quien se caga menos, en quien aguanta más, en quien acompaña más al equipo en la derrota o en quien hace del fútbol su vida entera. Y en que la pasión significa no sólo no tolerar la derrota sino tampoco tratar de entender sus razones. Ningún operativo policial puede pelear de igual a igual con todo ese peso cultural que justifica y hace funcionar a la maquinaria de las barras. Se me ocurre que para quienes amamos el fútbol, hay un miedo que le gana al miedo a los violentos. Impensado si miramos para atrás: es el miedo a que se nos apague la pasión. Miedo a que se vuelva costumbre decir "prefiero no ir al Estadio". Antes de que pase prefiero soñar con un consenso colectivo: dirigentes, gobiernos, periodistas, medios y la sociedad en general deberíamos imaginarnos un fútbol con barras sin poder. Porque el problema no es el parásito de las barras, sino comer de la mano su veneno.

El cine y su contexto - "Me tiré un caca-pedo, nos tenemos que ir", Sandy Lyle (Mi novia Polly)

Sandy Lyle es uno de los personajes más queribles del finado Philip Seymour Hoffman. En Mi novia Polly, Sandy es un actor frustrado aunque p...